![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEialJxtNV6Oeo-JeaG_KoaWqQUPe5f7cvFlnl2qe2d9ISY9QDc_jvAm9nM8nLcL2Cuvl8F9epKNM7UeRSurH5vKJDLxvtacRSnUEvxGtzvlMggpRfoZNzlF9vh09kOjeFP7IKffTmAgX3FD/s320/maternidad+picasso.jpg)
La independencia se entiende como un valor positivo, signo de madurez y criterio propio. Nos planteamos educar a nuestro hijos de forma que sean capaces de pensar por ellos mismos, pero ¿tememos que sean verdaderamente independientes? Un hijo obediente resulta más cómodo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcqcix68tR1EXkNjJKqmcLErfoEXaP1nWWAl4iSr9jP4FpTbDRJNB8zNlmBbY424S8bCpfmiV4pQLUn-z2pjZ_Y3HOty0CIWUX3AVgVKCFZR13gkdR2FVVv8tKYxNxV-apC2CKWQHueji7/s320/icaro.jpg)
Tal vez inculcamos nuestro miedos a los hijos para asegurarnos que, cuando escapen a nuestro control, no tomarán ninguna decisión que no coincida con la que nosotros consideramos adecuada.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXgYMUwlebXuCRyrqYUiKm92RjtMAMiHvNRa3zx9Png94ZQDejmJawRRprOMqtqlnGNijzGuByt_BszoNocNXPvGejr-AW8NnalSX0z1sVfKm3pRx3u1Xqsik8CAw1tHX_hbZVaId21lmI/s200/enfadado.jpg)
Bajo un halo proteccionista, les obligamos a ser ese hijo ideal que andará los pasos que yo marco, sin sentir remordimientos cuando los manipulamos o coaccionamos.
Los estamos educando y esta afirmación parece que nos concediera alguna especie de patente de corso.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDBJNuPqBJszAQl3k-pA8op4sX_z2TKfnmnmjiOHKQDN5CwGYzKqs2bqggNok31FvCkQe_-kbYdfGxKf0Pk10nppcK_js8txOEmDPLP08fuJj5ClI2CValS3x3SQrxYDSftDPhLfBxjI-I/s200/hijos.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcAoG2tMc1JyMeWeFzHEIt0376jZZ4zNY3e9GHvs84Aaogb2ciD3uAwTl6BMtBdcHa-mBxWY6y9JEFIaOqMo47NzQfvc-wfB6OebS3vgWjipVMXWq9PW8eIIQxcsHfVKPJeTxhTivupkH1/s320/manipulaci%C3%B3n.jpg)
Ante la dificultad que implica cuestionar nuestros valores, optamos por impedirles elegir. Pero yo me pregunto: ¿le educamos en el respeto a los demás cuando no respetamos siquiera su posibilidad de elegir?
Si yo no soy buena nadadora, ¿estoy siendo justa o responsable al fomentarles el miedo al agua en vez de procurar que aprendan a nadar?
¿De dónde consideramos que nos viene dado el derecho a imponer nuestro criterio sobre cuál es o no la decisión adecuada? ¿No deberían poder cometer sus propios errores?
Conozco demasiados casos en que los padres se conceden autorización para cargar a sus hijos con la responsabilidad de obtener títulos que éstos no desean, aún a costa de sacrificar sus propios anhelos e ilusiones. Sólo se me ocurren razones egoistas para explicar esas conductas. Y no parece importar si con ello se condiciona toda una vida.
A veces llegamos incluso más allá de la mera exigencia de que se rijan por nuestros parámetros en vez de asumir una escala de valores propia; son esas ocasiones en que nos hacemos con "el doble rasero" y tratamos de aplicarles normas distintas a las pautas que hemos seguido en nuestras propias vidas. Les impedimos que hagan lo que nosotros hicimos, aunque ello vaya contra su naturaleza. ¿Pensamos en las consecuencias? ¿Nos damos cuenta de la forma en que nuestras cons
ignas les impiden hacerse verdaderamente adultos?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXpZKwkIj1TNJDDURi1RfzWtUo8QesLgkKP0rw8y8XspwTehDDPDdqyx3jMoZPu6fwae69YyL8Jg42-bqXMX_Xdu0_Fd3aWjG4Bhroavp8BzJPAHd-WilqeqIA2zmEVBB6Wp2IMn3b4ml-/s200/manos.jpg)
No considero que la independencia sea un valor absoluto. Ningún ser totalmente independiente puede involucrarse en la vida social, porque ésta se basa en relaciones interpersonales y hay que aprender a conjugar la afirmación personal con la empatía.
Creo que es positivo saber renunciar a parte de nuestro espacio en pro de los afectos; será porque no contemplo una vida feliz sin amar: a nuestra familia, a nuestros amigos. No obstante, ello no nos obliga a una renuncia completa a nuestra propia identidad.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0Tnnp1wuMzbz6j0lo4RcbjKhVXVbMTYhR3uHeq6D3xmEsH_vPVYj1U7Sn26mvTjLFKns0h4OvS2RXcX2CLDghhg2Cvm9lEHZZ7Zw0G2O3-s9j_-iOjtfUGI0PcItPJMGLzs6D_8SREXYh/s200/gritando.jpg)
Para poder hallar "quién soy", ¿cuándo debería iniciar el aprendizaje? Si no aprendo a decir NO ante los deseos de mis padres ¿cómo sabré decir NO a lo largo de mi vida?
¿Y nosotros? ¿Somos independientes? Son tantas las ataduras y la ignorancia al criarlos que me cuesta mucho creer que lo seamos...
ResponderEliminarcada cual tendrá su grado de independencia; incluso, su concepto de independencia. Pero no se trata de hacerles a nuestra imagen y semejanza. La ignorancia no tiene porqué ser obstáculo al respeto ni a la aceptación de que criamos a personas que no nos pertenecen
ResponderEliminarMis dos primero años de padre, fueron de okupa y trabajando 14 horas más 1,30 de desplazamiento... desde entonces duermo muy poco. Ni calidad, ni mucho menos cantidad de tiempo para educar a mi hijo. Lo de la independencia lo digo porque las influencias eran muchas y, de ahí, la ignorancia, intentabas educar con lo que a ti te habia valido, desechando lo que no te valió. Intentar que los hijos hagan o lleguen a lo que tu quisistes, es una empresa de dudoso resultado; intentar que hagan lo que a ti te ha ido bien, es dudoso por aquello de que puede salir reaccionarios. Creo que somos meros marcadores de trayectorias y/o correctores de las mismas para que puedan optar a lo que ellos quieran en el mínimo tiempo, con el máximo de opciones y en las mejores circunstancias... Lástima de collejazo dado a tiempo, pero a pesar de los pesares, son parte de NOSOTROS Y DE NUESTRA VIDA...
ResponderEliminar