Placer al que me he abandonado esta mañana tras oir algunos de mis fados preferidos. Otras veces no resulta inducida, y la melancolía aparece por sí sola, suave y envolvente, sumiéndome en el ánimo del amante de amores imposibles, aquellos que no serán nunca como jamás dejarán de estar presentes.
<
como una tarde del otoño viejo;
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno...
Mi pensamiento, entonces,
vaga junto a las tumbas de los muertos
y en torno a los cipreses y a los sauces
que, abatidos, se inclinan... Y me acuerdo
de historias tristes, sin poesía... Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.>> (Manuel Machado)
Disfruto así el desgarro, la pasión atormentada, la tristeza y el regusto salado de las lágrimas, sintiendo como propias las historias que busco y elijo para esos momentos. Con ello hago cierta la frase de Henri Beyle Stendhal: Las gentes propensas a la melancolía son las mejor dotadas para el amor.
Aunque hoy hace sol y su caricia no favorece mantener este estado. Se oye mejor bajo un cielo gris u oscurecido la voz de Amalia Rodrigues interpretando su, tantas veces versionada, Estranha forma de vida
Procura no entristecerte gratuitamente. Aunque hay ocasiones en que estar triste nos hace darnos cuenta de que aún estamos vivos. Hay ocasiones en que nos damos cuenta de que otra realidad es posible. Escapando de la rutina y de la desilusión, nos refugiamos en la tristeza, en la gozosa melancolía, del que recuerda más lo imaginado que lo vivido.
ResponderEliminarY esa realidad soñada y añorada cobra más y más fuerza a golpe de recuerdo, de mirada perdida, de suspiro mal disimulado. Esa realidad interior, ese mundo mágico y privado aparece y desaparece como el reflejo en el estanque.
Porque la perfección sólo vive a traves del espejo.
un beso, amiga mía