De repente me asalta una sorprendente sensación: hay un ser extraño, ajeno, que alguien ve en mi lugar. Ese otro yo tiene atributos que nunca hubiera considerado susceptibles de definirme. Pero observo con sorpresa que puede ser real esa visión y este hecho me perturba.
No consigo verlo, pero el ser extraño va conmigo, al parecer. Trato de tomar distancia, perspectiva; es inútil, no consigo reconocerme en la imagen que me es transmitida.
Ese "yo" no es reprobable, sólo desconocido y, por ello, inquietante. ¿Qué mensajes emite el ser extraño? ¿Cómo interfiere en mi relación con los demás? ¿Quiénes le ven en mi lugar?
De repente unos ojos me enfrentan a una imagen de mi misma que antes no había visto como si, al pasar ante un espejo, mi reflejo no respondiera al que esperaba encontrar, al que siempre hallé.
lunes, 27 de octubre de 2008
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A veces la realidad es fiel reflejo de nuestras ilusiones distorsionadas...
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